Cuando era niño, la manera de ver la arquitectura era nula, pero el encanto por mi tierra natal se quedó sembrado en mi mente. Mis padres son de la sierra norte de puebla de un lugar llamado Ayotoxco de Guerrero Puebla, y Tenampulco. Desde muy chico eran visitas seguidas a mi lugar de origen. Cuando el autobús empezaba a llegar, penetraba un olor a café, leña quemada, a árboles frutales, (difícil describir el aroma). Desde ahí, siempre me emocionaba ir, ver las casas llenas de vegetación, con materiales tradicionales, árboles frutales, vistas panorámicas.

Como era la casa de la abuela, y de ahí parte el contexto de lo que llamo LA CASA MEXICANA. La casa de mi abuela era de tipo de autoconstrucción, una sola planta, tenía 3 recámaras, una sala al centro, comedor, cocina. Hasta aquí no hay algo sobresaliente, lo interesante es lo que lo rodea, en la parte de enfrente, la calle principal y vegetación, árboles frutales, la casa se desarrolla en una loma, y puedes ver casi todo el pueblo desde ahí. A los laterales, pasillos con árboles, los vecinos también con el mismo estilo. Atrás, un gran jardín, muchos árboles, si caminabas a la parte trasera llegabas a una cerca, cruzas y ves los cerros que rodean el pueblo, un panorama totalmente verde.

Si hablamos de cómo vemos la casa mexicana, la vemos con estos puntos, para nosotros la casa mexicana es un lugar de convivencia, la casa tradicional rural, siempre se hace con un gran patio central, donde toda la familia convive ahí, no en un espacio cerrado, si no al aire libre. La vemos como una arquitectura vernácula, no hay materiales exóticos, o algo que sobrepase una economía.

Otro de los aspectos que es muy interesante para nosotros, es el claustro, un espacio interior en donde servicio como enlace y de recorrido, relajación, también decorado con una fuente al centro, o simplemente un trabajo de paisajismo.

Los colores artesanales, son bellos y fácilmente identificables en el extranjero, los alebrijes, los bordados, hasta las propias decoraciones de la casa. Todo con esos tonos contrastantes para el paisaje.

Estamos influenciados por el gran Arquitecto Luis Barragán. Retomamos la luz, que nos ha encantado, los colores tradicionales. Nos encantan los contrastes, y la mejor manera en cómo los implementamos es con esos colores tradicionales que juegan un papel importante dentro de la ideología mexicana, pero no a tal grado de llenarlo, sino de forma de acentuar espacios.
En los jardines centrales buscamos ese elemento que hacían los claustros, un espacio de convivencia y que pueda ser el corazón de la casa, el espacio de oxigenación, de luz, de impacto de alturas.

Los jardines, buscamos que todas las casas tengan ese espacio verde, lleno de vida, no solo es encerrar una casa con muros, y tener un jardín trasero y frontal, debemos hacer partícipe el jardín dentro de la vivienda como un elemento que pueda ser corrido todos los días y que nos de la bienvenida. Queremos recrear esa sensación que los pueblos rurales nos ofrecen, por muy pequeña que sea.

Queremos hacer arquitectura a la mexicana, en el extranjero cuando quieren hacer algo al estilo mexicano, siempre dicen, COMIDA A LA MEXICANA, FIESTA A LA MEXICANA, etc., es por ello que queremos que nuestra arquitectura trascienda y sea nombrada como ARQUITECTURA A LA MEXICANA.

Aún seguimos explorando nuestra filosofía, pero estamos convencidos de nuestras bases para estas nuevas propuestas.